Fase primordial en el proceso de identificación del sujeto, formulada por Lacan en 1936 y reelaborada en l949. En esta etapa el niño esboza un tipo de identificación basada en una relación específica con la madre y es el momento formador de la función del yo (je). La identificación primordial del niño con la imagen de su propio cuerpo pone fin a la vivencia denominada por Lacan «fantasía del cuerpo fragmentado». Esta conquista de una primera fase de la identidad a través de una imagen presupone un tipo de alienación fundamental que determinará el «desconocimiento crónico» que ese yo no dejará de mantener consigo mismo.
Esta experiencia se organiza en tres tiempos:
1) Su imagen como algo ajeno, como otro.
2) El otro del espejo como imagen, no como ser real.
3) Dialectización de las dos etapas precedentes: convicción de que es sólo una imagen y que es la suya (ver texto).