( Charles-Louis de Secondat, baron de La Brède et de Montesquieu )
Fue un jurista y filósofo político francés, considerado como el fundador de la sociología. Nació en el castillo de la Brède, cerca de Burdeos, ciudad en la que estudió derecho. Posteriormente completó sus estudios en París, pero de vuelta a Burdeos ejerció como magistrado y como parlamentario de esta ciudad. Después de la publicación de Las cartas persas en 1721 (de manera anónima), obra que tuvo un gran éxito, viajó por varios países (Italia, Austria, Hungría, Prusia e Inglaterra). En la mencionada obra, que examinaba las diversas instituciones políticas europeas y se oponía a toda forma de despotismo, se distanció de las tesis de Hobbes y defendió una sociabilidad natural de los seres humanos. De vuelta a Francia escribió Reflexiones sobre las causas de la grandeza y decadencia de los romanos (1734), y se vinculó a los enciclopedistas, escribiendo un artículo sobre el gusto para la Enciclopedia. Entre tanto, Montesquieu había ido preparando los materiales para la publicación de su obra fundamental, El espíritu de las leyes (1748), que es fruto de aquellos viajes por diversos países, y que tardó veinte años en escribir. En dicha obra, además de la descripción de las idiosincrasias nacionales, las diversas formas de gobierno y sus fundamentos, así como los condicionantes históricos e, incluso, climáticos de éstos, elaboró un novedoso enfoque de las leyes, los hechos sociales y la política. En la interpretación de Montesquieu se desvanecía la clásica oposición entre las tesis iusnaturalistas y las tesis escépticas, que atribuían el fundamento de las leyes a la arbitrariedad de los legisladores. Montesquieu consideraba más bien que las leyes proceden de relaciones necesarias derivadas de la naturaleza de las cosas y las relaciones sociales, de forma que no sólo se opuso a la separación entre ley natural y ley positiva sino que consideraba que son complementarias. Es tarea del filósofo social la investigación de los mecanismos que impulsan a la creación de dichas leyes, pero en ningún caso son fruto del mero azar o de la mera arbitrariedad. Cada pueblo tiene las formas de gobierno y las leyes que son propias a su idiosincrasia y trayectoria histórica, y no existe un único baremo desde el cual juzgar la bondad o maldad de sus corpus legislativos. A cada forma de gobierno le corresponden determinadas leyes, pero tanto éstas como aquéllas están determinadas por factores objetivos tales como el clima y las peculiaridades geográficas que, según él, intervienen tanto como los condicionantes históricos en la formación de las leyes (considera, por ejemplo, que los ciudadanos de países más fríos son más independientes). No obstante, teniendo en cuenta dichos factores, el teórico social puede tomar el conjunto del corpus legislativo y las formas de gobierno como indicadores de los grados de libertad a los que ha llegado un determinado pueblo. Llegados a este punto, la filosofía política de Montesquieu se transmuta en una filosofía moral.
Así, aunque toma en consideración todos los factores determinantes de las formas políticas de gobierno, y rechaza la existencia de un único patrón para juzgarlos, en cuanto que el ideal político que defiende es el de la consecución de la máxima libertad aunada a la necesaria autoridad política, Montesquieu rechaza abiertamente las formas de gobierno despóticas, es decir, aquellas que están basadas en el temor de los súbditos a sus gobernantes, pues niegan de raíz el principio mismo de la libertad. Pero para garantizarla al máximo, Montesquieu considera que es imprescindible, siguiendo el ejemplo de Inglaterra, la separación de poderes. Muy influenciado por Locke, desarrolla la concepción liberalista de éste, y además de considerar la necesidad de separar el poder ejecutivo del poder legislativo, piensa que también es preciso separar el poder judicial. Esta separación de los tres poderes ha sido asumida y aplicada por todos los gobiernos democráticos posteriores.
En base a los mencionados condicionantes, tanto históricos como geográficos y climáticos, Montesquieu elaboró una teoría sobre los orígenes y fundamentos de las diversas clases de gobiernos. Así, considera que el fundamento de la democracia es la virtud, el de la monarquía es el honor y el de la tiranía el odio, el temor y la fuerza. No obstante, considerando la limitada extensión territorial de los países europeos, pensaba que, a diferencia de los asiáticos, de grandes magnitudes, aquéllos estaban más orientados hacia gobiernos de tipo republicano o monárquico. Pero, de ellos, y atendiendo a que consideraba imposible el establecimiento en los países europeos de una democracia como en la antigua Grecia, defendió una forma de gobierno basado en la monarquía constitucional.
Bibliografía
Del autor
- Montesquieu, Charles-Louis de Secondat, Oeuvres complètes. Seuil, París, 1964.
Relaciones geográficas