Pío XII definió el dogma de la asunción de María en 1950 con la constitución apostólica Munificentissimus Deus por la cual se afirma que es de fe que María fue glorificada en alma y cuerpo al fin de su vida terrena. La tradición se funda en afirmaciones esenciales de la Escritura. La maternidad corpórea de Marina no es sólo un evento biológico sino la hazaña suprema de su fe: en María y por María se da al mundo la salvación de Cristo. Este dogma afirma que, en virtud de la asunción de María a los cielos, se hace más clara la situación de salvación del hombre total. Este dogma tiene un significado eclesiológico y escatológico.