Trataba de investigar nueve variables básicas de la personalidad:
CONVENCIONALISMO. Adhesión rígida a valores convencionales, de clase media.
SUMISIÓN AUTORITARIA. Actitud sumisa, no crítica, hacia autoridades morales idealizadas del grupo.
AGRESIÓN AUTORITARIA. Tendencia a mantenerse en guardia y a condenar, rechazar y castigar a la gente que viola valores convencionales.
ANTI-INTROSPECCIÓN. Oposición a lo subjetivo, lo imaginativo, lo sensible.
SUPERSTICIÓN Y ESTEREOTIPO. La creencia en determinantes místicas del destino individual: la disposición a pensar en categorías rígidas.
PODER Y «RUDEZA». Preocupación por la dimensión líder-seguidor, fuerte-débil, dominación-sumisión; identificación con las figuras del poder; énfasis excesiva sobre los atributos convencionales del yo; afirmación exagerada de la fuerza y la rudeza.
DESTRUCTIVIDAD Y CINISMO. Hostilidad generalizada, difamación de lo humano.
PROYECTIVIDAD. La disposición a creer que en el mundo ocurren cosas terribles y peligrosas; la proyección hacia el exterior de impulsos emocionales inconscientes.
SEXO. Preocupación exagerada por las «peripecias» sexuales.
Th. Adorno y otros, Authoritarian Personality, vol. I, cap. 2, p. 228 (citado por M. Jay, La imaginación dialéctica, Taurus, Madrid 1974, p. 394-395). |