Sólo hay un elemento de racionalidad en nuestros intentos por conocer el mundo: es el examen crítico de nuestras teorías. Estas teorías son conjeturas. No sabemos, sólo suponemos. Si me preguntáis : «¿Cómo sabe usted ?», mi respuesta sería: «No sé; sólo propongo una conjetura. Si usted está interesado en mi problema, me sentiré muy feliz si usted critica mi conjetura, y si usted presenta contrapropuestas, yo a mi vez las criticaré».
Tal es, según creo, la verdadera teoría del conocimiento [...]: la verdadera descripción de una costumbre que surgió en Jonia y que ha sido incorporada a la ciencia moderna (aunque hay todavía muchos científicos que creen en el mito baconiano de la inducción), la teoría de que el conocimiento avanza mediante conjeturas y refutaciones.
El desarrollo del conocimiento científico. Conjeturas y refutaciones, Paidós, Buenos Aires 1979, p.178. |