Locke: realidad de las cualidades

Extractos de obras

Los perciban o no los sentidos, el volumen, el número, la forma y el movimiento particulares de las partes del fuego o de la nieve están realmente en esos cuerpos, y por ello, pueden denominárseles cualidades reales, pues existen en realidad en esos cuerpos. Sin embargo, la luz, el calor, la blancura o la frialdad no existen de una forma más real en los cuerpos que la enfermedad o el dolor en el azúcar. Suprimamos la sensación de esas cualidades; evitemos que los ojos vean la luz o los colores, que los oídos escuchen los sonidos; hagamos que no guste el paladar, y que la nariz no huela, y todos los colores, sabores y sonidos desde el momento en que son ideas particulares desaparecerán y se suprimirán totalmente para quedar reducidos a sus causas, o sea, volumen, forma y movimiento de las partes de los cuerpos. [...]

El volumen de un trozo de azúcar puede producirnos la idea de una forma redonda o cuadrada y, si se desplaza de un lugar a otro, la de movimiento. Esta última idea nos representa el movimiento como realmente ocurre en el azúcar que se desplaza. [...] Esto es algo que todo el mundo estará dispuesto a admitir. Además, por su volumen, forma, textura y movimiento de sus partes, el azúcar puede producir en nosotros la sensación de malestar y, a veces, la de dolor agudo, a causa de un cólico. Todo el mundo estará dispuesto a admitir, asimismo, que estas ideas de malestar y de dolor no están en el azúcar, sino que son efectos de sus operaciones en nosotros y que, cuando no las percibimos, no están en ninguna parte. [...]

Consideremos los colores rojo y verde en el pórfido, impidamos que la luz caiga sobre él y desaparecerán sus colores, y no se producirán esas ideas en nosotros. En el momento en que la luz vuelva, se producirán de nuevo en nosotros esas ideas: ¿puede alguien pensar que hubo un cambio real en el pórfido por la presencia y ausencia de la luz, y que las ideas de blancura y de rojo están en realidad en el pórfido iluminado, cuando, al estar en la oscuridad, no tiene ningún color y es totalmente llano? Realmente, de día o de noche, tiene una configuración tal de partículas que puede, por el reflejo de los rayos de la luz en algunas de las partes de esa piedra dura, provocar en nosotros la idea de rojo, y en otras partes, la idea de lo blanco. Pero lo blanco y lo rojo no están nunca en el pórfido, sino únicamente una textura tal que puede producirnos semejantes sensaciones.

Ensayo sobre el entendimiento humano, l.2, cap. 8, n. 17,18,19 (Editora Nacional, Madrid 1980, vol.1, p. 210-213).