Yo la formularía de esta manera: el deber es la necesidad de una acción por respeto a la ley. [...] Una acción realizada por deber tiene que excluir completamente, por tanto, el influjo de la inclinación, y con éste, todo objeto de voluntad. No queda, pues, otra cosa que pueda determinar la voluntad más que, objetivamente, la ley, y subjetivamente, [...] la máxima de obedecer siempre a esa ley, incluso con perjuicio de todas mis inclinaciones.
[Nota de Kant]: Máxima es el principio subjetivo del querer; el principio objetivo (esto es, el que serviría de principio práctico [...] a todos los seres racionales [...]) es la ley práctica.
| I. Kant, Fundamentación de la metafísica de las costumbres, cap. 1 (Espasa Calpe, Madrid 1994, p. 63-64). |