Husserl: las esencias y el factum

Extractos de obras

las esencias y el factum

Partiendo del ejemplo de la percepción de esta mesa, variemos el objeto de la percepción «mesa» con entera libertad; pero de modo que sigamos teniendo una percepción como percepción de algo [...] comenzando, por ejemplo, por variar en la imaginación, de modo totalmente arbitrario, su forma, sus colores, etc., manteniendo de modo idéntico tan sólo el aparecer perceptivamente. Con otras palabras, absteniéndonos de toda afirmación respecto de su validez de ser, transformamos el factum de esa percepción en una pura posibilidad entre otras puras posibilidades totalmente opcionales -pero posibilidades puras de percepciones-. Por así decirlo, transferimos la percepción real al reino de las irrealidades, del como-si, que nos procura las posibilidades puras; puras de todo lo que las liga a ese factum y a todo factum en general. En este último respecto, tampoco mantenemos esas posibilidades enlazadas con el ego puesto al mismo tiempo como fáctico, sino precisamente como lo imaginable de un modo completamente libre por la fantasía, de tal suerte que de antemano podríamos haber tomado como ejemplo inicial una percepción imaginaria, fuera de toda referencia al resto de nuestra vida fáctica. El tipo «percepción» así obtenido flota por así decirlo en el aire -en el aire de las puras cosas imaginables-. Así, despojado de toda facticidad, se ha convertido en el eidos «percepción», cuyo ámbito ideal integran todas las percepciones idealiter posibles en cuanto puras cosas imaginables. Los análisis de la percepción son entonces análisis de esencias; todo lo que hemos expuesto acerca de las síntesis, horizontes de potencialidad, etc., pertenecientes al tipo «percepción», vale esencialmente, como es fácil echar de ver, para todo cuanto puede formarse en esta libre variación y, por tanto, para todas las percepciones imaginables en general. Con otras palabras, vale con absoluta universalidad esencial y es esencialmente necesario para todo caso particular que se escoja y, por ende, para toda percepción fáctica, en la medida en que todo factum puede pensarse como mero ejemplo de una posibilidad pura.

Meditaciones cartesianas, IV, § 34 (Ediciones Paulinas, Madrid 1979, p. 124-125).