Lo que se llama sano sentido común es, con harta frecuencia, muy malsano. El sano sentido común encierra las máximas de su tiempo. Así, por ejemplo, quien, antes de venir Copérnico, hubiese afirmado que la tierra giraba alrededor del Sol o hubiese sostenido, antes del descubrimiento de América, que aún había en el mundo tierras no conocidas, habría atentado contra el sano sentido común. En China o la India, la república es algo contrario a todo lo que el sano sentido común aconseja. El sano sentido común es, pues, la mentalidad de una época, que encierra y resume todos los prejuicios de esta época: la gobiernan imposiciones mentales de las que ella no se da cuenta ( Werke, t. XIV, p. 36.)
Texto escogido por Ernst Bloch: Sujeto-objeto. El pensamiento de Hegel, F.C.E., México 1982, p.33. |