Gadamer: gusto

Extractos de obras

La larga historia de este concepto que precede a su utilización por Kant como fundamento de su crítica de la capacidad de juicio permite reconocer que originalmente el concepto del gusto es más moral que estético. Describe un ideal de humanidad auténtica, y debe su acuñación a los esfuerzos por separarse críticamente del dogmatismo de la «escuela». Sólo bastante más tarde se restringe el uso de este concepto a las «bellas artes».

En el origen de su historia se encuentra Baltasar Gracián. Gracián empieza considerando que el gusto sensorial, el más animal e inferior de nuestros sentidos, contiene sin embargo ya el germen de la distinción que se realiza en el enjuiciamiento espiritual de las cosas. [...] El gusto sensorial se caracteriza precisamente porque con su elección y juicio logra por sí mismo distanciarse respecto a las cosas que forman parte de las necesidades más urgentes de la vida. En este sentido Gracián considera el gusto como una primera «espiritualización de la animalidad» y apunta con razón que la cultura [...] no sólo se debe al ingenio [...] sino también al gusto [...].

Pues bien, este concepto del gusto es para Gracián el punto de partida de su ideal de la formación social. Su ideal del hombre culto (el discreto) consiste en que éste sea el «hombre en su punto», esto es, aquel que alcanza en todas las cosas de la vida y de la sociedad la justa libertad de la distancia, de modo que sepa distinguir y elegir con superioridad y conciencia.

El ideal de formación que plantea Gracián haría época. Logró de hecho sustituir el del cortesano cristiano (Castiglione). [...]. Se trata del ideal de una sociedad cultivada.

Verdad y método, Sígueme, Salamanca 1977, p. 66-67.