Aunque los tres «principios» son verdaderos, puede dudarse de que posean el rango privilegiado y fundamental que se les asignó tradicionalmente. El primero y el tercero no son las únicas formas de tautologías, ni la contradicción explícita
es la única forma contradictoria de enunciados. Sin embargo, puede considerarse que las tres «leyes del pensamiento» gozan de cierta jerarquía especial en relación con las tablas de verdad. Cuando tomamos las columnas iniciales como base para llenar las columnas siguiente, nos guiamos por el principio de identidad»: si se ha colocado una V debajo de un símbolo en una fila determinada, al llenar otras columnas correspondientes a expresiones que contienen ese símbolo, cuando llegamos a esa fila consideramos que al símbolo en cuestión debe asignársele nuevamente una V. Al llenar las columnas iniciales, en cada fila ponemos una V o una F, guiados por el «principio del tercero excluso» y en ninguna parte ponemos juntas una V y una F, en lo cual nos guiamos por el principio de contradicción». Las tres «leyes fundamentales del pensamiento» pueden considerarse como los principios básicos que gobiernan la construcción de tablas de verdad.
Sin embargo, debe observarse que cuando se trata de construir la lógica como un sistema, las tres «leyes» no son más «importantes» o «fructíferas» que otras; por el contrario, hay otras tautologías más adecuadas para los propósitos de la deducción -y, por consiguiente, más importantes- que los tres «principios» analizados.
Introducción a la lógica, Eudeba, Buenos Aires 1962, p. 250-251. |