Como si hubiera alguien que por propia voluntad obrara el mal. Yo, pues, estoy casi seguro de esto, que ninguno de los sabios piensa que algún hombre por su voluntad cometa acciones vergonzosas o haga voluntariamente malas obras; sino que saben bien que todos los que hacen cosas vergonzosas y malas obran involuntariamente.
Protágoras, 345d (Diálogos, I, Gredos, Madrid 1981, p. 564). |