Aunque esta lenguadependa de la verdadera filosofía, no depende de su perfección. Es decir: esta lengua puede ser construida a pesar de que la filosofía no sea perfecta. En la medida en que crezca el conocimiento de los hombres, crecerá también tal lengua. Mientras tanto ésta nos será de una ayuda admirable, para servirnos de lo que sabemos y para ver lo que nos falta saber, y para inventar los modos de llegar a ello. Pero sobre todo para eliminar las controversias en las materias que dependen del razonamiento. Porque entonces razonar y calcular serán la misma cosa.
Leibniz, comentario a la carta de Descartes a Mersenne; citado por U. Eco, La búsqueda de la lengua perfecta, Crítica, Barcelona 1994, p. 234-235. |