Esta ciencia comienza a ser [...] una teología civil razonada de la providencia, la cual partió de la sabiduría vulgar de los legisladores que fundaron las naciones cuando contemplaron a Dios bajo el atributo de providente, y culminó con la sabiduría profunda de los filósofos que la demuestran con razones en su teología natural.
G. Vico, Ciencia nueva, § 385 (2 vols., Orbis, Barcelona 1985, vol. 1, p. 167). |