Mises y Reichenbach sostenían lo siguiente. Lo que entendemos por probabilidad no tiene nada que ver con la enumeración de casos. Es una medida de la «frecuencia relativa». Entendemos por «frecuencia absoluta» el número total de objetos o sucesos; por ejemplo, el número de personas de Los Ángeles que murieron el año anterior de tuberculosis. Por «frecuencia relativa», entendemos la razón de este número al de una clase mayor que se investiga, por ejemplo, el número total de habitantes de Los Ángeles.
Podemos hablar de la probabilidad de que salga una determinada cara de un lado, decía Mises, no sólo en el caso de un dado equilibrado, en el que es de 176, sino también en los casos de todo tipo de dados cargados. Supongamos que alguien afirma que su dado está cargado y que la probabilidad de que salga un as no es de 176, sino menor. Otra persona dice: «Estoy de acuerdo con usted en que el dado está cargado, pero no de la manera que usted cree. Creo que la probabilidad de un as es mayor que 1/6. Mises señala que, para saber qué entienden los dos hombre por sus aserciones divergentes, debemos observar de qué manera tratan de dirimir su discusión. Por supuesto, harán una prueba empírica. Arrojarán el dado cierto número de veces y llevarán un registro del número de tiros y del número de ases.
R. Carnap, Fundamentación lógica de la física, /Sudamericana, Buenos Aires 1969, p. 43-44. |