Aristóteles: elemento

Extractos de obras

Se llama «elemento»

(I) lo primero de-lo-cual algo se compone, siendo aquello inmanente (en esto) y no pudiendo descomponerse, a su vez, específicamente en otra especie distinta. Así, son elementos de la voz aquellos de que la voz se compone y en que se descompone últimamente, mientras que ellos no pueden descomponerse en otras voces específicamente distintas, sino que, en caso de descomponerse, las partes resultantes serán de la misma especie: por ejemplo, es agua una parte de agua, pero una de la sílaba no (es sílaba). De igual modo explican también los elementos de los cuerpos quienes denominan tales a los componentes últimos en que se descomponen los cuerpos sin que aquéllos puedan, a su vez, descomponerse en otros de distinta especie. Y sean una o muchas tales cosas, las denominan elementos.

(2) De modo semejante se dice también que son elementos los de las demostraciones geométricas y, en general, los de las demostraciones: en efecto, las demostraciones primeras y que están contenidas en múltiples demostraciones se dice que son elementos de las demostraciones: tales son, por lo demás, los silogismos primeros que constan de los tres términos y proceden por uno medio.

(3) También, a partir de esto y por desplazamiento del significado, llaman elemento a aquello que, siendo uno y pequeño, se aplica a muchas cosas, y de ahí que lo que es pequeño y simple e indivisible se denomine elemento. De donde resulta que las cosas máximamente universales son elementos, ya que cada una de ellas, siendo una y simple, es inmanente en muchas cosas, en todas o la mayoría; y de ahí resulta también la opinión de que la unidad y el punto son principios. Y puesto que los llamados géneros son universales e indivisibles (de ellos no hay, en efecto, definición), algunos dicen que los géneros son elementos, y que lo son en mayor grado que la diferencia, puesto que el género es más universal que ésta: efectivamente, en aquello en que se da la diferencia se da también el género con ella, mientras que en aquello en que se da el género no se da la diferencia en todos los casos.

Por lo demás, lo común a todas estas acepciones consiste en que elemento de cada cosa es lo primero que es inmanente en cada cosa.

Metafísica, 1014a-1014b. (Gredos, Madrid 1994. Edición de Tomás Calvo, p.211-212).