Doctrina del jesuita español, Luis de Molina (1535-1600), profesor en Coimbra y Évora (Portugal), que defiende en su obra Liberi Arbitrii cum Gratiae donis, Divina Prescientia, Providentia, Praedestinatione et Reprobatione Concordia [Concordia del libre albedrío con los dones de la gracia, la presciencia, providencia, predestinación y reprobación divinas] (1588). Sostiene que el conocimiento previo e infalible que Dios tiene de todos los actos humanos no predetermina la acción y la voluntad humanas. El núcleo de la cuestión es la llamada «ciencia media» por parte de Dios, esto es, el conocimiento que Dios tiene, no ya de lo determinado a la existencia en el pasado, presente o futuro, ni de lo meramente posible pero que no ha existido ni existirá, sino de los futuros contingentes libres: Dios prevé desde toda la eternidad la decisión humana y, aceptada esta decisión, decreta la gracia necesaria (gratia congrua) y la existencia de todo lo necesario para que el hombre la lleve a cabo.
Otros célebres escolásticos, como el cardenal Bellarmino y Suárez sostuvieron la misma tesis.
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