En la cosmología pitagórica no geocéntrica, la antitierra era el cuerpo celeste intermedio entre la Tierra y el fuego central, en torno al cual giraban todos los planetas y las estrellas fijas, incluidas la Tierra y el Sol. Los pitagóricos afirmaban que resultaba invisible desde la Tierra, porque ocupaba la órbita inferior, en la parte opuesta al hemisferio habitado, que miraba siempre hacia la parte exterior de todo el sistema. Al parecer, la antitierra fue introducida, simplemente, para completar el número de cuerpos celestes hasta 10, número que en la mística de los números pitagórica era considerado perfecto y sagrado (la tetractys), dado que por entonces solamente se conocían nueve cuerpos celestes. Esto supone la aceptación previa de la tesis según la cual el conjunto del cosmos debe ser perfecto, como perfecta era, según decían, la década.