Palabra referida a las angustias de la muerte. Entre los teólogos se debatió en qué sentido pudo estar Jesús en la agonía, como dice san Lucas. Ciertos gnósticos han considerado que no era más que una apariencia; los teólogos de tendencia monofisita no han admitido más agonía que la física y relativamente superficial. Otros, no ven nada diferente en la agonía de Cristo en relación con cualquier otra agonía humana. Toda cristología que respete la realidad de las dos naturalezas de Cristo mantiene la realidad física y psicológica de la agonía de Jesús, la realidad de su encarnación en una naturaleza semejante a la de cualquier hombre.