Ésta podría ser una edición anterior y no la más reciente o aprobada.
Ir a la versión actual.
Permanece para nosotros absolutamente desconocido qué sean los objetos en sí, independientemente de toda esa receptividad de nuestra sensibilidad. Sólo conocemos nuestro modo de percibirlos.
Crítica de la razón pura, Estética trasc., § 8, B 59 (Alfaguara, Madrid 1988, 6ª ed., p. 82)