Hume: principios de la asociación de ideas

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Extractos de obras

Nuestra imaginación tiene una gran autoridad sobre nuestras ideas; y no hay ideas, que siendo diferentes entre sí, ella no pueda separar, y juntar, y componer en todas las variedades de la ficción. Pero pese al imperio de la imaginación, existe un secreto lazo o unión entre ciertas ideas particulares que es causa de que la mente las conjunte con mayor frecuencia, haciendo que la una, al aparecer, introduzca a la otra. De aquí surge lo que llamamos el apropos del discurso: de aquí la conexión de un escrito: y de aquí ese hilo, o cadena de pensamiento, que un hombre mantiene incluso con el más vago reverie. Estos principios de asociación son reducidos a tres, a saber, semejanza; un cuadro nos hace pensar naturalmente en el hombre que fue pintado. Contigüidad; cuando se menciona a St. Denis, ocurre naturalmente la idea de París. Causación; cuando pensamos en el hijo, propendemos a dirigir nuestra atención hacia el padre. Será fácil concebir cuán vasta consecuencia han de tener esos principios en la ciencia de la naturaleza humana, si consideramos que, en cuanto respecta a la mente, ellos son los únicos vínculos que reúnen las partes del universo, o nos ponen en conexión con cualquier persona u objeto exterior a nosotros mismos. Porque como es tan sólo por medio del pensamiento como opera una cosa sobre nuestras pasiones, y como estos principios son los únicos lazos de nuestros pensamientos, ellos son realmente para nosotros el cemento del universo, y todas las operaciones de la mente precisan, en una gran medida, depender de ellos.

Compendio de un tratado de la naturaleza humana (Revista Teorema, Valencia 1977, p. 31-32).