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1. Arcesilao, hijo de Seito, o Escito, según dice Apolodoro en el libro lll de sus Crónicas, fue natural de Pitana en la Eólide. Éste fue el primer instituidor de la Academia media, estableciendo la prescindencia o duda en la contrariedad de proposiciones; el primero que habló en pro y en contra acerca de una cosa misma, y el primero que inmutó la forma de argüir que había establecido Platón, ejecutándolo acérrimamente por preguntas y respuestas. Unióse a Crantor en esta forma: era el cuarto de sus hermanos; los dos eran de un padre, y los otros dos de una madre. El mayor de los dos de una madre se llamaba Pílades; y el de los dos de un padre, Mereas; éste era curador de Arcesilao. Primeramente, pues, fue discípulo de Autólico, matemático, conciudadano suyo, antes de pasarse a Atenas, en cuya compañía peregrinó también a Sardes. Luego lo fue de Janto Ateniense, músico; después de éste oyó a Teofrasto, y finalmente se fue a Crantor en la Academia. Su hermano Mereas, arriba nombrado, lo inducía a estudiar Retórica, pero él amaba más la Filosofía. Prendado ya de él Crantor, le preguntó por aquel verso de la Andrómeda de Eurípides:
¿Serásme grato, oh virgen, si te salvo?
Y él respondió con el que allí se sigue:
Llévame, peregrino:
bien me quieras esclava, o bien esposa.
Desde entonces habitaron juntos; y dicen que Teofrasto sintió mucho su pérdida, pues dijo: «¡Oh qué ingenioso y vivo joven se ha ido de nuestra escuela!» Era grave y robusto en el decir, y asiduo en el escribir. Aplicóse también a la poética, y hay algunos epigramas suyos. [...]
2. Estimaba mucho a Homero, y siempre leía algo de él antes de dormir; y aun por la mañana hacía lo mismo, diciendo «quería ir a su amado», cuando quería leerlo. Decía que también Píndaro era bueno singularmente para llenar la voz y suministrar abundancia de nombres y palabras. En su juventud imitó el estilo de Ion. En la Geometría fue discípulo de Ipónico; al cual motejaba de que siendo tardo y obtuso, sabía, sin embargo, los fundamentos del arte, diciéndole que «la Geometría se le había entrado en el vientre al tiempo de bostezar». Pero habiendo caído en demencia, lo recogió en su casa, cuidando de él hasta que recobró el juicio. Muerto Crates obtuvo la escuela, cediendo uno que se llamaba Socrátides. Unos dicen que no escribió libro alguno; otros afirman fue hallado corrigiendo ciertos escritos, y los publicó, según unos, y los quemó, según otros. Parece hacía mucho aprecio de Platón, y estudiaba sus obras. Algunos dicen imitó también a Pirrón. Supo la dialéctica, no menos que el raciocinio de los Erétricos. Así, Aristón decía de él que era:
Por delante Platón, por detrás Pirrón;
por el medio Diodoro.
Timón dice de él lo siguiente:
Veis uno aquí que tiene a Menedemo
con su pecho de plomo;
o a Pirrón todo carnes, o a Diodoro.
Y de allí a poco le hace decir:
Iré a Pirrón nadando,
y al oblicuo Diodoro.
Vidas de los más ilustres filósofos griegos, Orbis, Barcelona 1985, Vol. I, p.167-169. (Traducción de José Ortiz y Sainz, fines del s. XVIII). |