Russell, Bertrand: el monismo neutral

Extractos de obras

el monismo neutral

Una de las más importantes consecuencias derivadas de la cuestión de si la sensación es esencialmente una relación, afecta a la teoría llamada «monismo neutral». En tanto que conservábamos el «sujeto», existía una entidad «mental» sin nada análogo en el mundo material; pero si las sensaciones son acontecimientos no esencialmente de relación, no se da la misma necesidad de considerar los procesos mentales y los sucesos físicos como fundamentalmente distintos. Se hace posible considerar, tanto una mente como un trozo de materia, como construcciones lógicas constituidas con materiales que no difieren vitalmente y que algunas veces son realmente idénticos. Se hizo posible pensar que lo que los psicólogos consideran como materia en el cerebro está compuesto realmente de pensamientos y sensaciones, y que la diferencia entre mente y materia es una simple diferencia de ordenamiento. Puse un ejemplo de esto por analogía con el Anuario de Correos, que clasifica a las personas de dos formas, alfabética y geográficamente. En la primera ordenación, los vecinos de un hombre son los que quedan cerca de él en el alfabeto; en la otra, los que viven en la puerta de al lado. De igual manera, una sensación puede agruparse con otro número de sucesos por una cadena de memoria, en cuyo caso constituye parte de una mente; o puede agruparse con sus antecedente causales, y entonces se ofrecen como una parte del mundo físico. Esta tesis aporta una simplificación inmensa. Quedé encantado cuando me di cuenta de que prescindir del «sujeto» hacía posible aceptar esta simplificación y considerar el problema tradicional de la relación entre mente y materia como resuelto definitivamente.

La evolución de mi pensamiento filosófico, Alianza, Madrid 1982, 2ª ed., p. 144-145.