Esas reglas del entendimiento no son sólo verdaderas a priori, sino que constituyen incluso la fuente de toda verdad, es decir, de la concordancia de nuestro conocimiento con objetos, ya que contienen en sí el fundamento de la posibilidad de la experiencia, considerada ésta como conjunto de todo conocimiento en el que se nos puedan dar objetos.
Crítica de la razón pura, Doctr. trasc. del juicio, B 296 (Alfaguara, Madrid 1988, 6ª ed., p. 260). |