La prueba físicoteológica nunca puede demostrar por sí sola la existencia de un ser supremo, sino que siempre se ve obligada a dejar que sea el argumento ontológico (al que el físicoteológico sirve de simple introducción) el que supla la insuficiencia del primero. Afirmo, por tanto, que la prueba ontológica sigue siendo (si es que hay una prueba especulativa) la que contiene el único argumento posible, el argumento que ninguna razón humana puede eludir.
Crítica de la razón pura, Dialéctica trasc., libro segundo, cap. 3, sec. 6, B 653 (Alfaguara, Madrid 1988, 6ª ed., p. 520). |