Kant: la naturaleza no da saltos

Extractos de obras

Todo cuanto sucede es hipotéticamente necesario. Este es un principio que somete a una ley los cambios ocurridos en el mundo. Es decir, los somete a la regla de la existencia necesaria, a una regla sin la cual no habría siquiera naturaleza. El principio «Nada sucede por un ciego azar» (in mundo non datur casus) es, consiguientemente, una ley de la naturaleza a priori. En la naturaleza no hay necesidad ciega, sino necesidad condicionada y, por ello mismo, susceptible de ser entendida (non datur fatum). Los dos constituyen los principios que nos permiten someter el juego de los cambios a una naturaleza de las cosas [...]. Ambos principios son dinámicos. El primero constituye en realidad una consecuencia del principio de causalidad [...]. El segundo pertenece a los principios de la modalidad, la cual añade a la determinación causal el concepto de necesidad, que se halla sometida no obstante a una regla del entendimiento. El principio de la continuidad prohíbe cualquier salto (in mundo non datur saltus) en la serie de los fenómenos (cambios). Prohíbe igualmente cualquier laguna o grieta entre dos fenómenos en el conjunto de las intuiciones empíricas en el espacio (non datur hiatus). El principio puede enunciarse, pues, así: nada que exhiba un vacío o simplemente lo tolere como parte de la síntesis empírica puede entrar en la experiencia.

Crítica de la razón pura, Anal., trasc., l. 2, cap. 2, sec, 3, B 281 (Alfaguara, Madrid 1988, 6ª ed., p. 250-251).