Kant: la facultad de juzgar

Extractos de obras

Pero en la familia de las facultades de conocer superiores hay, sin embargo, un término medio entre el entendimiento y la razón. Éste es el Juicio, del cual hay motivo para suponer, por analogía, que encierra en sí igualmente, si no una legislación propia, al menos su propio principio, uno subjetivo, a priori, desde luego, para buscar leyes, el cual, aunque no posea campo alguno de los objetos como esfera suya, puede, sin embargo, tener algún territorio y una cierta propiedad del mismo. [...]

Pero aquí viene [...] una nueva base para establecer, entre el Juicio y otro orden de nuestras facultades de representación, un enlace que parece ser de mayor importancia que el del parentesco con la familia de las facultades de conocimiento, pues todas las facultades del alma o capacidades pueden reducirse a tres, que no se dejan deducir ya de una base común, y son: la facultad de conocer, el sentimiento de placer y dolor y la facultad de desear. Para la facultad de conocer, solamente el entendimiento es legislador [...] Para la facultad de desear, como facultad superior, según el concepto de libertad, sólo la razón es legisladora a priori. Ahora bien: entre la facultad de conocer y la de desear está el sentimiento del placer, así como, entre el entendimiento y la razón está el Juicio. [...]

El juicio, en general, es la facultad de pensar lo particular, como contenido en lo universal.

Crítica del juicio, Introduc. 3 (Espasa Calpe, Madrid 1991, 5ª ed., p. 102-105).