Filosofía y comunicación existencial

Extractos de obras

Puesto que la verdad filosófica tiene su origen y su realidad en la comunicación, parece obvio considerar el diálogo, en contraposición con el desarrollo dogmático, como la forma adecuada de comunicación del filosofar. Si la filosofía no tiene consistencia como producto objetivo, si sólo es verdad cuando a su vez se hace origen en una comunicación, entonces la comunicación de la filosofía no sólo necesita la mera comprensión objetiva de sus contenidos, sino también salir a su encuentro y responder; por tanto, la aprobación y la transformación. Entonces pudiera parecer como si la objetivación de la comunicación en el diálogo se necesitase por toda la filosofía para participarla: el lector quedaría entonces invitado a una posible participación en una comunicación existencial de hecho que en este diálogo se manifestaría. (...) Pero, entonces, la comunicación existencial no se expresa ya en el diálogo como una argumentación dialéctica limitada a problemas objetivos. De aquí que los diálogos platónicos no sean una expresión de la comunicación de posibles «existencias», sino tan sólo de la estructura dialéctica del conocimiento intelectual. (...) La satisfacción en toda transmisibilidad como tal es todavía asunto de la conciencia en general; lo que no es transmisible es para nosotros, en tanto somos «conciencia en general», exactamen- te como si no existiera; ya de la racionalidad de nuestra existencia empírica resulta la exigencia de conseguir el máximo de transmisibilidad; ésta es un carácter de la verdad. Pero, en cuanto que se refiere a contenidos objetivos, es de género particular e inmediatamente objeto de una ciencia particular. El pensamiento filosófico, en cambio, se dirige a la totalidad del ser, pero a éste sólo le encuentra porque él lo crea e instituye. Mientras la "conciencia racional en general" conoce lo que le es dado, el pensamiento filosófico produce como realidad en el ser pensante lo que él aprehende: esta realidad es originariamente la comunicación existencial, y el pensamiento es la fuerza que instituye la comunidad para seres que existen propiamente por sí mismos, a diferencia de la formación de colectividades por virtud de los intereses, la fuerza y las autoridades.

Filosofía. Vol. 1 (Madrid, Revista de Occidente, 1958, pp. 518-520)