El enigma del ser

Extractos de obras

Lo que el ser es, es por tanto, bien la disolución del ser en todo aquello de lo cual se pueda decir indeterminadamente que «es» o la fijación en un ser determinado categorialmente que es conocido, o la acentuación del verdadero ser, cuya cercioración se realiza en el pensamiento. Las diferencias del ser son, conforme a esto, la de determinado e indeterminado, las de las determinaciones entre sí, la de lo auténtico y lo nulo. El verdadero ser, que no se puede encontrar en un sentido cognoscible, ha de buscarse en su trascendencia, con la cual ninguna «conciencia en general», sino sólo la «existencia», en cada caso, entra en relación. (...) La Ontologia, como doctrina del ser, sólo puede, sin embargo, llegar al resultado de hacer consciente el ser como los distintos modos del ser que se presentan al pensamiento y éste encuentra. En la realización de esta tarea jamás conseguirá encontrar el ser único, sino sólo dejar libre el camino para cerciorarse del suyo. Hoy ya no será ontologia en concepto de metafísica, sino ontología entendida como teoría de las categorías. Cualquiera cosa que yo pueda pensar, el pensamiento no hace más que procurarme espacio para el yo como posible «existencia», la cual siempre queda, al mismo tiempo, fuera de todo lo pensado, lo que sólo significa para ella una relativa cognoscibilidad, posibilidad, apelación, pero no más; de la misma manera que el Otro con el cual estoy en comunicación por virtud del pensamiento, sin embargo, para sí mismo y para mí, queda fuera de lo pensado, para moverse conmigo en posibles pensamientos, sin estar sometido a ellos como si fueran absolutos. Llegar uno a otro en la comunicación rompe el pensamiento que hizo posible esta ruptura.

Filosofía. Vol. 1 (Madrid, Revista de Occidente, 1958, p. 24-25)