Cournot: teoría del azar

Extractos de obras

Creemos que, en otras obras, hemos dejado en claro y definido con mayor exactitud que lo que puedan haber logrado antecesores nuestros la idea de azar al mostrar que no se trata, como tantas veces se ha dicho, de un fantasma que nos hemos creado para disfrazar nuestra propia ignorancia, ni de una idea relativa al estado variable y siempre imperfecto de nuestros conocimientos, sino más bien de la noción de un hecho verdadero en sí mismo, cuya verdad en algunos casos puede quedar establecida por razonamiento o más bien normalmente comprobada por observación, como la de cualquier hecho natural. El hecho natural así establecido o comprobado consiste en la independencia mutua de varias series de causas y efectos que concurren accidentalmente en la producción de un determinado fenómeno, que por esta razón se califica de fortuito; y esta independencia entre eslabones particulares no excluye para nada la idea de una dependencia común de todos ellos respecto de una anilla primordial, más allá o más acá de los límites que podemos alcanzar con nuestros razonamientos y observaciones. Del hecho de que la naturaleza agite sin cesar y en todas partes el cubilete del azar, y del hecho de que el entrecruzamiento continuo de cadenas de condiciones y causas segundas, independientes unas de las otras, dé perpetuamente lugar a lo que llamamos suerte o combinaciones fortuitas, no se sigue que Dios no tenga en su mano unas y otras y que no las haya dispuesto todas en un solo decreto inicial. No se le falta más al respeto a Dios estudiando las leyes [estadísticas] del azar [...] que estudiando las leyes de la astronomía o de la física. La misma razón nos impone la idea de azar; y el error imputable a nuestra ignorancia consiste, no en habernos forjado esta idea, sino en aplicarla mal, de lo que hay demasiados ejemplos, incluso entre los más expertos.

Considérations sur la marche des idées et des événements dans les temps modernes, Vrin, París 1973, p. 9-10.