Entre las cosas hay algunas que son universales y algunas que son individuales o singulares, teniendo en cuenta si su naturaleza es de tal tipo que se pueda o no se pueda predicar de numerosos sujetos, como, por ejemplo, «hombre» y «Callias».
Aristóteles, De la expresión o interpretación, VII (en Obras, Aguilar, Madrid 1973, 2ª ed., p. 258-259). |