Bunge: el problema del referente de las teorías

Extractos de obras

Hay dos respuestas posibles a esta cuestión previa: «¿Poseen referente las teorías físicas?» Una es afirmativa, la otra negativa. La última es, en efecto, el punto de vista convencionalista o instrumentalista según el cual las teorías físicas no se refieren a nada sino que sólo son instrumentos para resumir y elaborar datos, esto es, artefactos que nos permiten envasar informaciones y moler predicciones. Esta respuesta es insatisfactoria al menos por dos razones. Primero, no nos dice qué tipo de datos se supone manejan las teorías físicas y que tipo de predicciones se supone producen a diferencia de, digamos, las teorías sociológicas. En segundo lugar, y por consiguiente, un convencionalista coherente no sabría cómo llegar a contrastar una teoría física, pues toda contrastación presupone conocer aquello respecto de lo cual se supone que se ocupa la teoría. En efecto, si una teoría se propone referirse a, digamos, los fluidos, entonces serán fluidos y núcleos atómicos o guerras lo que tendrán que ser inspeccionados. Descartemos, por consiguiente, la tesis convencionalista.

Un no convencionalista debería, pues, tener una respuesta a la cuestión: «¿De qué tratan las teorías físicas?» Dado que el referente de una teoría factual puede ser un objeto físico, o un sujeto, o alguna combinación de ambos, hay cuatro respuestas posibles y mutuamente incompatibles a la cuestión de la identidad del referente. Son:

(1) La tesis realista: una teoría física trata de sistemas físicos, esto es, se ocupa de entidades y acaecimientos que indudablemente poseen existencia autónoma (realismo ingenuo) o, si no, se presume (quizá erróneamente en algunos casos) que tienen existencia autónoma (realismo crítico). En resumen, la interpretación física de cualquier fórmula no formal en la física teórica debe ser a la par estricta (en cuanto opuesta a adventicia) y objetiva (en cuanto opuesta a subjetiva): todo enunciado teórico en la física es así un enunciado de objeto físico.

(2) La tesis subjetivista: una teoría física se refiere a sensaciones (sensismo), o si no, a ideas (idealismo subjetivo) de algún sujeto comprometido en actos cognoscitivos -en cualquier caso, se refiere a estados mentales. En resumen, la interpretación física de cualquier fórmula en la física teórica debe ser a la par estricta y subjetiva: todo enunciado teórico en física es así un enunciado de objeto mental.

(3) La tesis estricta de Copenhague: una teoría física, o en todo caso la teoría cuántica, se ocupa de bloques inanalizables sujeto-objeto. Ninguna distinción absoluta (libre de sujeto, objetiva) puede obtenerse entre los dos componentes de un bloque tal: la frontera entre ellos puede cambiarse a voluntad. En resumen, la interpretación física de cualquier fórmula no formal en la física teórica, o, al menos, en la teoría cuántica, debe ser a la par adventicia (en cuanto opuesta a estricta) y físico-mental (en cuanto distinta de física o mental) [...]: todo enunciado teórico en física es así un enunciado físico-mental.

(4) La tesis dualista: una teoría física se refiere a la vez a objetos físicos y actores humanos: concierne a las transacciones de los humanos con su entorno (pragmatismo) o a los modos con que los humanos manejan sistemas cuando intentan conocerlos (operacionalismo). En resumen, la interpretación física de cualquier fórmula en la física teórica, sea estricta o adventicia, debe ser parcialmente objetiva, parcialmente pragmática: todo enunciado en física es así un enunciado parcialmente físico y parcialmente de objeto mental.

La tesis realista es la que prevaleció durante el período clásico de la física, y fue defendida por Boltzmann, Planck, el último Einstein y de Brogli. La tesis subjetivista fue defendida frecuentemente por Mach (cuyos «elementos» o átomos eran sensaciones) y, ocasionalmente, también por Eddington y Schrödinger. La tesis de Copenhague fue propuesta por N. Bohr y defendida por sus seguidores fieles [...]. Y las tesis dualistas han sido expuestas de diversos modos por Peirce, Mach, Dingler, Dewey, Eddington, Bridgman y Bohr, a la vez que por cientos de escritores sobre la relatividad [...]. La cuarta tesis es, en efecto, el núcleo de la filosofía oficial de la física.

Filosofía de la física, Ariel, Barcelona 1978, p. 74-76.