Operación mental de reconocimiento de la diferencia. En la filosofía escolástica, la teoría de las distinciones se cultivó de manera especial y sobre ella se construyeron teorías metafísicas y gnoseológicas. Sus dos clases fundamentales son: la distinción real, que se da entre cosas realmente existentes y distintas, y la distinción mental o lógica, que se da sólo entre conceptos distintos aplicables a una misma cosa. Una de sus aplicaciones más importantes, a la vez que característica de la Escolástica, llevó a la cuestión de la distinción entre esencia y existencia. El tomismo sostuvo la distinción real entre esencia y existencia en el ser finito, aunque no en el plano de la realidad física, sino de la metafísica, esto es, en el plano de aquellas realidades o principios últimos que el pensamiento puede entender como explicación de realidades más próximas, o físicas. Otras corrientes escolásticas, como el escotismo, adoptando una postura más cercana a la modernidad, negaron toda distinción real entre esencia y existencia.
No es, en la actualidad, un concepto metodológicamente operativo; sí lo es, en cambio, su opuesto, el de identidad.