Monod2.jpg

Nacimiento:1 enero 1910en ParísMuerte:1 enero 1976

No se ha añadido ninguna twiki todavía.

Biólogo y bioquímico francés, nacido en París. Investigador del Instituto Pasteur desde 1945, fue el director del servicio de bioquímica celular a partir de 1954, y director del mencionado Instituto desde 1971. También fue profesor en la Sorbona y en el Collège de France. En 1965, recibió el premio Nobel de medicina, compartido con François Jacob y A.M. Lwoff, por sus estudios sobre el papel del ARN en las síntesis de proteínas del citoplasma. Investigador, junto con François Jacob, de los mecanismos de transmisión de la información genética, en 1970, publicó El azar y la necesidad. Ensayo sobre la filosofía natural de la biología moderna, obra en la que examina tanto desde el punto de vista biológico como desde el filosófico los problemas fundamentales de la biología moderna, en especial, la teoría de la evolución, en la que destaca el papel esencial del azar en la alteración de los genes, y el papel de la necesidad entendida desde la perspectiva de la selección natural. Según Monod, el azar, «noción central de la biología moderna», se manifiesta en dos formas: primero, en lo referente a la mutación casual de la cadena genética, producida exclusivamente por «error de transcripción», debida esencialmente al azar (aunque quizá sólo según el estado actual de las investigaciones); segundo, en lo tocante a las «consecuencias funcionales» de la mutación, la cual depende ya de una coincidencia con las condiciones ambientales que han de favorecer la perpetuación de esta mutación. Éste es un azar absolutamente esencial, que no depende de nada más que de una intersección de «coincidencias absolutas», en las que nada tienen que ver los métodos de investigación (ver texto).

En El azar y la necesidad. Ensayo sobre la filosofía natural de la biología moderna, Monod expone los principios básicos de la biología molecular en conexión con los datos de la física, e intenta extraer consecuencias para la ética y la política. Según Monod, hay dos características básicas de todos los seres vivos: la invariancia reproductora y la teleonomía (apariencia de mecanismos teleológicos o finalistas). Esta concepción de la teleonomía es completamente opuesta a toda clase de finalismo, razón por la cual Monod se enfrenta a todo intento de explicación finalista en la naturaleza, y ataca las concepciones antropomórficas de Teilhard de Chardin y de otros autores. Para Monod, las propiedades de los seres vivos deben explicarse, como hemos dicho, a partir del azar que rige la estructura de la materia en los niveles microfísicos, azar que está inscrito en la estructura cuántica de la naturaleza, y debe entroncar también con el segundo principio de la termodinámica que rige todos los procesos evolutivos. En el mundo de los seres vivos el azar está representado por la dotación genética, sobre la cual operan los mecanismos teleonómicos celulares. El ADN es quien une la invariancia con la teleonomía.

Monod investigó, también, el problema de la biogénesis u origen de la vida, estudiando el papel del azar en este proceso, insistiendo en que el temor a la idea del azar, en el origen de la vida y en su evolución, se debe a ideas ancestrales de trasfondo judeocristiano. Según los prejuicios de esta concepción ideológica, algo tan importante como la vida, especialmente la humana, no puede quedar en manos del mero azar, que se considera irracional. Tampoco el pensamiento primitivo, subraya Monod, dejaba nada al azar y lo situaba todo en manos de dioses. Contra estos prejuicios Monod insiste en que la explicación científica ha de ser materialista y ha de abandonar todo resabio animista, vitalista y finalista. Además extendió sus consideraciones al terreno de la ética y de la política, defendiendo un proyecto de tipo socialista humanista no marxista. También defendió una concepción semejante a la del mundo 3 de Popper.

El libro de Monod tuvo un gran éxito y suscitó numerosas polémicas (como el publicado por su colega François Jacob: La lógica de lo viviente, publicado el mismo año 1970). Sin embargo, a pesar de su meritoria labor de incentivar la discusión filosófica sobre la ciencia, la moral y la política, pronto se vio fuertemente atacado. En especial, se le reprochó el desconocimiento de los aspectos del azar tratados por la lógica modal (desde esta perspectiva el principio de indeterminación de Heisenberg no es a prioriun indeterminismo absoluto) así como su interpretación discutible de las relaciones entre el azar microscópico y el segundo principio de la termodinámica.


Enlaces: Institut Jacques Monod

Monod.ogg

Bibliografía

Del autor

  • Monod, J., El azar y la necesidad. Barral, Barcelona, 1963.

Relaciones geográficas

Cargando el mapa…