Características que se suponen comunes a todas las lenguas naturales, a nivel fonológico, morfológico, sintáctico o semántico (ver texto 1 y texto 2 ). La existencia de tales universales presupondría una facultad natural de lenguaje, tal como sostienen la mayor parte de los seguidores de la gramática transformacional. Los transformacionalistas distinguen entre universales formales y universales sustantivos; los primeros se refieren a las condiciones abstractas de la gramática de una lengua, a las clases de reglas, por ejemplo, que en el componente sintáctico tiene que haber transformaciones; los segundos son los elementos (unidades lingüísticas o clases de unidades) a los que se refieren las mismas reglas. El conjunto de universales sustantivos y formales permite la construcción de hipótesis sobre la descripción de una lengua.
Se habla también de universales diacrónicos y universales pragmáticos. Los universales diacrónicos tanto se refieren a las clases de cambios y reglas de evolución que pueden parecer comunes a todas las lenguas, como a determinados rasgos de naturaleza antropológico-lingüística: la existencia en todas las lenguas de nombres propios, deícticos, un sistema fonológico y uno léxico-gramatical, el lenguaje referido, etc. Los universales pragmáticos son expresiones que se pueden ordenar en estructuras generales de la situación del habla: determinados giros para iniciar un discurso, expresiones deícticas, verbos performativos.