Ulises-Moulines: términos disposicionales

Extractos de obras


Demuestra Carnap que [...] no es posible definir los términos disposicionales (es decir, los que se refieren a disposiciones de objetos o sistemas) en función de términos observacionales. Ejemplos típicos de términos disposicionales son: «soluble», «elástico», «conductor», «apareable», «inteligente». Está claro que estos términos no designan entidades o propiedades directamente observables: por ejemplo, si predicamos la solubilidad de un terrón de azúcar, no predicamos una propiedad directamente percibible como pueda ser su color blanco o bien su carácter rugoso al tacto. Pero, a primera vista, nada parece más fácil que definir la solubilidad de una sustancia en agua, atendiendo a operaciones y reacciones directamente observables, por ejemplo estableciendo: «x es soluble (en agua) si y sólo si, en caso de que introduzcamos x en agua, x se disuelve». Simbólicamente:

[math] \forall{x} [(Sx\rightarrow{}(lAx\rightarrow{Dx})][/math]

Sin embargo, tomemos un pedazo de papel, digamos p, que nunca haya sido introducido en aguay que quemaremos antes de que nadie pueda introducirlo en agua. Para este p se cumple: no-IAp. Por las reglas de la lógica clásica se infiere de ahí que el condicional del definiens anterior,

[math] lAx\rightarrow{Dx}[/math]

es verdadero, y por tanto también lo resultará el definiendum, o sea Sp. De acuerdo a la definición propuesta, ese pedazo de papel resulta ser un objeto soluble en agua, por el mero hecho de no haber sido introducido nunca en agua. Lo cual, naturalmente, es inadmisible.

Ésta es una constatación válida para todas las disposiciones. Precisamente porque tales conceptos cubren condiciones hipotéticas que quizás nunca se realizarán o incluso no pueden realizarse por principio. Su significado no puede agotarse en una serie de predicados puramente observacionales.

Conceptos teóricos y teorías científicas,en C. Ulises Moulines, La ciencia: estructura y desarrollo, Trotta-CSIC-Quinto Centenario, Madrid 1993, p. 154-155.