Ricoeur: desmitizar y desmitologizar

Extractos de obras

Esta confluencia de la creencia con la crítica nos proporciona consiguientemente la segunda interpretación del epígrafe que estamos analizando: «El símbolo da que pensar». Esa confluencia consiste en esa conexión circular entre el creer y el comprender. Se ve, pues, con cuánta prudencia hay que proceder al hablar de «desmitologizar»: puede hablarse legítimamente de «desmitologizar» siempre que se distinga netamente entre «desmitologizar» y «desmitizar». Toda crítica está llamada a desmitologizar por su mismo carácter crítico, es decir, que aspira a deslindar cada vez con mayor meticulosidad lo histórico de lo pseudohistórico (entendiendo «histórico» en el sentido que hoy le da el método crítico): así la crítica no cesa de exorcizar el logos del mythos. [...] Dado su carácter de «pionera de la modernidad», la crítica ha de realizar forzosamente su misión desmitologizadora. Ésta es una conquista irreversible de la veracidad, de la honradez intelectual y, por lo mismo, de la objetividad. Pero precisamente al acelerar el movimiento de desmitologización, la hermenéutica moderna nos revela la dimensión del símbolo en su calidad de signo originario de lo sagrado; de esa manera contribuye a reavivar la filosofía al contacto con los símbolos; es, pues, una de las maneras de rejuvenecerla. Esta paradoja, en virtud de la cual la desmitologización se convierte también en una forma de repostar el pensamiento en el depósito de los símbolos, no es más que un corolario de lo que llamé antes el círculo formado en la hermenéutica por el creer y el comprender.

Finitud y culpabilidad,Taurus, Madrid 1969,p. 706-707.