Perry, John y Bratman, Michael: la paradoja del montón

Extractos de obras

Ésta es una antigua paradoja sumamente flexible. Aquí, vamos a utilizarla primero para «mostrar» que no existen cosas tales como un montón. Luego usaremos la misma clase de razonamiento para «mostrar» que no existen cosas como la calvicie y que, si no es correcto tener un aborto hacia el final del embarazo, nunca lo es. Esta paradoja puede utilizarse para «mostrar» muchas otras cosas. Cuando distintas versiones de esta paradoja adoptan la forma de una cadena de silogismos, adquieren la forma conocida, en lógica aristotélica, de sorites; a esta paradoja se le da precisamente muchas veces este nombre.

Un grano de arena no es un montón de arena. Si algo no es un montón de arena, la adición (o disminución) de un grano tampoco va a convertirlo en un montón. Pero, entonces, nada es un montón. Porque, empezando por un grano de arena y añadiéndole otro grano cada vez, nunca obtendremos un montón. Si por este método nunca podemos llegar a hacer un montón, entonces nada parecido, hecho con algún otro método parecido, puede tampoco llamarse un montón. De modo que no existen montones de arenas y la idea en sí misma es incoherente.

Supongamos que una persona no es calva. El hecho de arrancarle un cabello no va a hacer de esta persona una persona calva. Porque alguien ya es calvo antes de que le arranquemos el último cabello. Arrancar un cabello a una persona que no es calva nunca la convertirá en una persona calva. Por lo que, si empezamos con un hombre o una mujer que disfruten de una buena cabellera y vamos arrancando uno tras otro los cabellos de su cabeza, nunca lograremos que sean calvos. Por tanto, la idea de calvicie es en sí misma incoherente.

Todo el mundo está de acuerdo en que no está bien tener un aborto el último día de un embarazo normal. Pero, ciertamente, si no está bien tener un aborto un día determinado (o en un determinado minuto de un embarazo o en un determinado segundo de un embarazo), tampoco está bien tenerlo el día (o en el minuto o en el segundo) anterior. Pero, entonces, tampoco está bien tener un aborto en algún momento determinado del embarazo y, por lo mismo, dado el supuesto inicial, nunca está bien.

Puzzles and paradoxes, en Introduction to Philosophy. Classical and Contemporary Readings, Oxford University Press, Nueva York-Oxford 1986, p. 794.