Locke: tipos de conocimiento

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Extractos de obras

Estas dos, es decir, la intuición y la demostración, son los grados de nuestro conocimiento; [...]

Hay, sin embargo, otra percepción de la mente que se emplea en la existencia particular de los seres finitos que están fuera de nosotros, y que sobrepasando la mera probabilidad, y no alcanzando, sin embargo, totalmente ninguno de los grados de certidumbre antes establecidos, pasa por el nombre de conocimiento. No puede haber nada con una certeza mayor que el que la idea que recibimos de un objeto exterior esté en nuestra mente: éste es el conocimiento intuitivo. Pero el que haya en nuestra mente algo más que meramente esta idea, el que de aquí podamos inferir la existencia cierta de algo fuera de nosotros que corresponda a esa idea, es lo que algunos hombres piensan que se debe cuestionar; porque los hombres pueden tener en sus mentes semejantes ideas, cuando tales cosas no existen, ni semejantes objetos afectan a sus sentidos. Pero pienso que en este sentido estamos dotados de una evidencia que sobrepasa toda duda. Pues yo preguntaría a cualquiera si no está irremediablemente consciente en sí mismo de tener una percepción diferente cuando mira el sol por el día y cuando piensa en él durante la noche; cuando saborea el ajenjo, o huele una rosa, y cuando solamente piensa en ese sabor o en ese perfume. Así, pues, encontramos que existe la misma diferencia entre cualquier idea revivida en la mente por la memoria y cualquiera que llega a nuestra mente por los sentidos, que la que existe entre dos ideas distintas. Y si alguien afirmara que un sueño puede provocar lo mismo, y que todas esas ideas pueden ser producidas en nosotros sin los objetos exteriores, estará muy contento de soñar que yo le puedo contestar esto: 1. Que no reviste gran importancia el que le aumente o no sus escrúpulos, porque si todo es un sueño, el razonamiento y las argumentaciones no tienen ninguna utilidad, estando desprovistos de verdad y de conocimiento. 2. Que yo pienso que admitirá que hay una diferencia muy manifiesta entre soñar que está en el fuego, y estar en este momento en él. [...] Así que creo que podemos añadir a las dos anteriores clases de conocimiento una tercera: el de la existencia de objetos externos particulares; [...] y deducir que existen tres grados de conocimiento: intuitivo, demostrativo y sensitivo, en cada uno de los cuales hay diferentes grados y modos de evidencia y de certidumbre.

Ensayo sobre el entendimiento humano, l.4, cap. 2, n. 14 (Editora Nacional, Madrid 1980, vol. 2, p. 802-803).