Hegel: autoconcia y satisfacción

Extractos de obras

La autoconciencia sólo alcanza su satisfacción en otra autoconciencia. [...] Es una autoconciencia para una autoconciencia. Y solamente así es, en realidad, pues solamente así deviene para ella la unidad de sí misma en su ser otro; el yo, que es el objeto de su concepto, no es en realidad objeto; [...] En cuanto una autoconciencia es el objeto, éste es tanto yo como objeto. Aquí está presente ya para nosotros el concepto del espíritu. Más tarde vendrá para la conciencia la experiencia de lo que el espíritu es, esta sustancia absoluta que, en la perfecta libertad e independencia de su contraposición, es decir, de distintas conciencias de sí que son para sí, es la unidad de las mismas: el yo es el nosotros y el nosotros el yo. La conciencia sólo tiene en la autoconciencia, como el concepto del espíritu, el punto de viraje a partir del cual se aparta de la apariencia coloreada de más acá sensible y de la noche vacía del más allá suprasensible, para marchar hacia el día espiritual del presente.

G.W.F. Hegel, Fenomenología del espíritu, FCE, México 1971, p. 112-113.