Dancy, Jonathan: realismos

Extractos de obras

El realismo directo mantiene que en la percepción sensorial captamos de un modo directo la existencia y naturaleza del mundo físico circundante. Todos los realistas directos están de acuerdo en este aspecto de las cosas: su carácter de objetos directos. Se diferencian, sin embargo, en el grado de realismo que están dispuestos a defender. El realista, en el sentido presente, sostiene que los objetos físicos pueden existir y retener al menos algunas de las propiedades que percibimos que tienen, incluso cuando no los percibimos. La expresión crucial es «al menos algunas», y la cuestión es exactamente cuáles. Debemos distinguir dos tipos de realismo directo, el ingenuo y el científico; sin embargo, por la propia naturaleza del problema, deberá haber muchas posibles posiciones intermedias.

El realista directo ingenuo sostiene que los objetos no percibidos pueden retener propiedades de todos los tipos que percibimos que tienen. Con esto quiere decir que un objeto no percibido todavía puede tener no sólo forma y tamaño, sino también el calor y el frío, el color, el sabor y el olor, la aspereza y la suavidad, el ser silencioso o el hacer ruido. La ingenuidad de esta posición radica en la palabra «todas». La posición se convierte en algo menos ingenuo en la medida en que «todas» se convierte en «casi todas», luego en «la mayoría», y así sucesivamente; pero nos es más fácil considerarla en su forma más extrema y descarnada.

El realismo directo científico se opone a la forma ingenua de realismo directo. Esta versión científica cree que la ciencia ha demostrado que los objeto físicos no retienen, cuando no son percibidos, todas las propiedades que parecen tener cuando los percibimos. La existencia de algunas de esas propiedades depende de un perceptor. Así, el color, el sabor, el sonido, el olor, el calor y la aspereza no son propiedades independientes del objeto que puedan conservarse cuando nadie lo percibe. El objeto sólo las tiene con relación a un perceptor. El realista directo científico acepta el carácter directo de nuestra percepción del mundo, pero restringe su realismo a un grupo especial de propiedades.

Esta distinción es un pariente cercano de la distinción de Locke entre cualidades primarias y secundarias. Locke mantuvo que las cualidades primarias de forma, tamaño, textura molecular y movimiento tienen un status diferente del de las cualidades secundarias como el color, el calor, el olor, el sabor, etc. (podríamos denominar a estas propiedades «sensoriales»). De acuerdo con Locke, un objeto que percibimos como coloreado no retiene, cuando no lo percibimos, ninguna propiedad de ese tipo tal y como se nos da en la percepción. Por supuesto, hay un sentido en el que se puede decir que todavía tiene color, dado que las propiedades primarias continúan estando presentes de tal manera que aparecerá como coloreado a un perceptor, en las circunstancias apropiadas. Un objeto retiene la «base de cualidades primarias» para las cualidades secundarias que parece tener. Pero el color-tal-como-lo-vemos, el calor-tal-cual-lo-sentimos o el sabor-tal-como-lo-saboreamos no son propiedades de las que pueda decirse que el objeto las conserva cuando nadie lo percibe, y, por esa razón, no podemos suponer que son propiedades independientes del objeto cuando sí lo percibimos. El color-tal-como-lo-vemos es más una propiedad de nuestra manera de aprehender el mundo que una propiedad del mundo mismo.

Introducción a la epistemología contemporánea, Tecnos, Madrid 1991, p. 171-173.