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No nos expresamos estrictamente ni de un modo filosófico cuando hablamos de combate entre la pasión y la razón. La razón es, y sólo debe ser, esclava de las pasiones, y no puede pretender otro oficio que el de servirlas y obedecerlas.
D. Hume, Tratado de la naturaleza humana, Parte II, sec. III, n. 415 (2 vols., Editora Nacional, Madrid 1977, vol. 1, p. 617). |