Bertalanffy, L. von: sistemas abiertos y cerrados

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Extractos de obras

Es característica básica de los sistemas vivientes el permanecer en un continuo estado de mudanza de sus componentes. Esto se advierte en todos los planos: cambio de componentes químicos en la célula, de células en el organismo multicelular, de individuos en la población, etc. «Las estructuras orgánicas son en sí expresiones de un proceso ordenado, y solamente se mantienen en este proceso y de resultas de él. Por tanto, el ordenamiento primario de los procesos orgánicos ha de buscarse en los propios procesos, y no en estructuras previamente establecidas» [...].

Esto conduce a una clasificación importante, la de sistemas cerrados y sistemas abiertos. Los organismos son sistemas abiertos. Claro está que no son los únicos sistemas abiertos que existen: una llama es un sencillo ejemplo de sistema físico «abierto» (de donde el antiguo símil del fuego y la vida); y la tecnología química utiliza cada vez más los sistemas de reacciones abiertos, en contraste con los procesos de sistemas cerrados o de grupo restringido. Sin embargo, la distinción entre sistemas cerrados y abiertos es fundamental y nos lleva a problemas como el de los contrastes entre el mundo inanimado y el vivo, las cuestiones del tiempo, de la evolución, de la organización autónoma y la diferenciación, de las tendencias probables y contrarias al natural tropismo, de las nuevas leyes físicas comparadas con las tradicionales.

Robots, hombres y mentes, Guadarrama, Madrid 1974, p. 101-102.