Término griego (μαιευτικη) que designa el arte de la comadrona o partera. El uso filosófico de este término es introducido por Platón en el Teeteto (149a) para referirse al método socrático, el cual, dice Platón, Sócrates lo habría aprendido de su madre, que era comadrona. Pero, mientras las comadronas ejercen su técnica para ayudar a dar a luz a niños que ellas no han engendrado, sino que están ya en el seno de otras mujeres, Sócrates ejerce una mayéutica mental, ya que en sus diálogos interroga a sus interlocutores, para ayudarles a alumbrar ideas, que tampoco él ha engendrado, sino que estaban ya en la mente de sus interlocutores a pesar de que éstos no lo supieran. En ambos casos de trata de ayudar a alumbrar un producto que ni la comadrona ni el maestro (Sócrates) han engendrado. En la mitología griega se presenta a Ártemis, hija de Zeus y Leto, como el prototipo de las comadronas, aunque ella misma no tuvo hijos. En la ironía socrática, Sócrates, que es quien nada sabe, puede, no obstante su ignorancia, ayudar a dar a luz pensamientos que él no ha engendrado en sus interlocutores.
Sócrates, a partir de su confesada e irónica ignorancia, no afirma, sólo interroga a sus interlocutores y examina aquello que el alma del interrogado ha producido, de forma que el proceso consiste en llevar al interlocutor al descubrimiento de la verdad a partir de una serie bien trabada de preguntas y respuestas, y del examen de las inconsecuencias que las respuestas originan. Con ello se trata de liberar la psyche de su interlocutor de aquello que creía saber pero que en realidad no sabía, es decir, para liberarlo de una ignorancia muy superior a la que Sócrates confiesa. Ahora bien, en la medida en que, en el proceso del diálogo, el interlocutor puede entender y aceptar las incongruencias que revelan sus respuestas a las preguntas de Sócrates, es porque, de alguna manera, ya posee unos conocimientos desde los cuales, al menos, puede juzgar sobre ellas. En este sentido, la mayéutica revela unos principios o unos fundamentos del conocimiento que el mismo interlocutor ya conocía sin saberlo y, por tanto, a través del proceso realizado en el diálogo, «da a luz» este conocimiento, a la vez que se libera de la peor de las formas de ignorancia, a saber, la que consiste en creer que se sabe algo cuando en realidad se desconoce. En este sentido, la mayéutica socrática estaría en la base de la teoría platónica de la anámnesis o reminiscencia. No obstante, aunque Platón no se contenta solamente con la mayéutica, sino que su método se basará fundamentalmente en la dialéctica, nunca renunció a la dimensión irónica, interrogativa y aporética de la mayéutica socrática.