Según la teología moral católica, unión legítima de hombre y mujer en orden a la comunidad corporal y espiritual permanente. La idea específica propia del NT consiste en su indisolubilidad y en la comparación del amor esponsal de Cristo y la Iglesia. Puesto que el matrimonio es una imagen de la vinculación plena de gracia de Cristo con la Iglesia, se le considera como presencia significativa eficaz de la gracia divina, es decir, como sacramento. La unidad amorosa para toda la vida de dos personas implica como fundamento y fin una relación con Dios; y una presentización de Cristo ante toda la comunidad de cristianos. Los ministros del sacramento son los mismos contrayentes en cuanto que expresan su consentimiento de forma válida.