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_____Platón_____

(del griego μίμησις, mīmēsis, imitación, reproducción o representación) En general, este término se utilizaba en la antigua Grecia para designar la representación teatral por los mimos (en griego μῖμος o actores)

Pero esta noción adquirió un carácter central en la reflexión filosófica, especialmente a partir de Platón, y desde entonces ha sido uno de los conceptos centrales de la estética, al menos hasta finales del siglo XVIII.

En Platón este concepto se relaciona con los de μέθεξις (metexis) y de παρουσία (parousía) en su teoría de las ideas, pues declara que el mundo sensible es una participación (μέθεξις) o presencia (παρουσία) de las ideas, o una μίμησις (representación) de ellas. Desde esta perspectiva la realidad del mundo sensible aparece como inferior, ya que su ser es derivado del modelo de las ideas eternas e inmutables. De ahí que la noción de mímesis posea para él connotaciones un tanto peyorativas: lo imitado es sólo una imperfecta copia o sombra (así lo declara en el famoso mito de la caverna - ver texto). También en la República (595 c y ss.) sustenta que los artistas son meros imitadores de la naturaleza, pero en sus obras no plasman la auténtica esencia de las cosas, por lo que sus obras son inferiores a los originales. Ahora bien, a su vez, estos originales imitados por el artista son meras copias o μίμησις de las ideas o verdadera realidad. Por tanto, el arte es imitación de una imitación, y se limita a ser una forma de mímesis que crea imágenes (εἲδωλον) de las cosas (ver texto ).

_____Platón_____

Platón, no obstante, distingue entre la imitación fiel (mímesis icástica) de la imitación fantástica que crea copias ilusorias del mundo y que caracteriza plenamente el arte de los sofistas. Atendiendo a esta distinción, en el Timeo (39e, 44a-50c) declara que, en cuanto que lo sensible es mímesis de las ideas, es justamente esta mímesis icástica la que confiere valor al mundo sensible y lo constituye como un cosmos ordenado, ya que el demiurgo, entidad intermedia γμεταξά entre las ideas y la materia, ordena ésta en la (khora) imitando el modelo o paradigma de las ideas. Esta concepción positiva de la mímesis será la que perdurará en el neoplatonismo de Plotino, para quien el arte también puede captar la esencia de las cosas y deja de tener las connotaciones peyorativas que Platón le otorgaba.

Para Aristóteles, que critica la noción platónica de participación y la pitagórica de imitación (ver texto ), todo arte es mímesis o imitación de la naturaleza, pero no solamente en un sentido de reproducción de sus rasgos externos, sino que puede ser representación de aspectos del carácter, pasiones o acciones de lo existente. De esta manera, para él, la noción de mímesis significa más esta representación que la mera imitación, y caracteriza las artes productivas (poesía, tragedia, comedia y música), pero también a todas las artes (τέχνη) en general. Así, el arte o la técnica culinaria, por ejemplo, representa una parte de las funciones naturales, pues la cocción de los alimentos anticipa una parte de la digestión. Esta concepción de la mímesis como un obrar semejante a la naturaleza (más que como mera imitación) es la que tendrá su gran influencia en la historia de la estética. Además, en el pensamiento aristotélico, esta noción se relaciona con la de χαθάρσις (catarsis). Según esta concepción, la tragedia, por ejemplo, produce placer porque es imitación (mímesis) de los hechos que producen miedo o compasión. Aunque el objeto imitado en la tragedia pueda ser desagradable, el placer de contemplar la imitación provoca el placer de la catarsis al superar el desagrado, ya que la situación no es real. Este placer estético es posible porque, según Aristóteles, la experiencia estética es de índole cognoscitiva.

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