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(del griego ἱστορία, historía, investigación, ciencia, de historein, describir, investigar; en Aristóteles, conocimiento de lo individual)

Conjunto de hechos acontecidos en el pasado referibles al hombre (significando las res gestas)y también investigación y descripción de estos mismos hechos pasados (significando la historiam rerum gestarum). El primer sentido alude a la realidad del hombre que se desarrolla, como individuo social, en el tiempo; alude en definitiva, a la historicidad de la existencia humana. El segundo remite al conocimiento de esta misma realidad; a la historia de lo que acontece; en este segundo sentido se le da también el nombre de historiografía (ver texto ).

El objeto de esta ciencia son los hechos pasados del hombre (no de la naturaleza, porque en este caso se trataría sólo de una «historia natural», tal como se denominaban en el s. XVIII las investigaciones descriptivas sobre la naturaleza, y no de una «historia humana»), pero no cualquier clase de hechos, sino aquellos precisamente que se consideran relevantes social o políticamente: las res publicae gestae, no las cosas privadas; de las primeras, no de la segundas, se construye la historia. Le es esencial a esta ciencia el ser una narración cronológica y objetiva de los acontecimientos, la temporalidad, por tanto, de los hechos en su acontecer lineal, en el que es posible establecer relaciones de causa y efecto, y no de mera sucesión, procurando al mismo tiempo una interpretación y explicación de los mismos.

Frente a un positivismo histórico, no obstante, basado en una atención exclusiva a los hechos y consistente en una cronología de hechos objetivos, en la medida de lo posible, y en el estudio de la causalidad que los rige, la «Escuela de los Anales», que debe su origen a los «Annales d´histoire économique et sociale», fundados en 1929 por Lucien Febvre (1878-1956) y Marc Bloch (1886-1944), plantea más bien la necesidad de atender a las estructuras internas de la sociedad, como economía, cultura, grupos sociales, relaciones sociales, etc., que constituyen objetos de estudio más susceptibles de tratamiento científico que los simples acontecimientos. De todas maneras, aun reclamándose como ciencia, sobre todo por la utilización de una metodología rigurosa para la investigación, la historia pertenece al tipo de ciencias denominadas idiográficas por oposición a las nomotéticas, o al conjunto de ciencias del espíritu, en expresión de Dilthey o de las ciencias humanas en general. Se le discute la posibilidad de recurrir a la experimentación de las hipótesis y a la predicción de los acontecimientos, pero se le atribuye la capacidad de comprender las consecuencias de la temporalidad del hombre y aun la de poder captar, de alguna forma, la «vida» humana. De hecho, la interpretación histórica, el método histórico, es uno de los aspectos de la hermenéutica.

El tipo de explicación científica más usado en las ciencias históricas es el propio de los modelos genético y funcional o teleológico.


Bibliografía sobre el concepto

  • Lozano, J., El discurso histórico. Alianza, Madrid, 1987.
  • Morey, M., El orden de los acontecimientos. Sobre el saber narrativo. Península, Barcelona, 1988.
  • Koselleck, R., Futuro pasado. Para una semántica de los tiempos históricos. Paidós, Barcelona, 1993.
  • Ferrarotti, F., La historia y lo cotidiano. Península, Barcelona, 1991.
  • Hegel, G.W.F., La razón en la historia. Seminarios y Ediciones, Madrid, 1972.
  • Bermejo, J. C., Replanteamiento de la historia. Akal, Madrid, 1989.