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¿Qué es?
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Conjunto sistemático de afirmaciones filosóficas y teológicas de Juan Duns Escoto y sus seguidores, que constituye una de las corrientes principales de la filosofía escolástica, tal como se desarrolla a partir del s. XIV, y que en muchos puntos se opone frontalmente a los principios propuestos por otras corrientes escolásticas, en particular el tomismo.
Llevado por un espíritu critico y analítico -que la tradición ha traducido como subtilitas, sutilidad- más que por un espíritu sistemático, más atribuible a Tomás de Aquino y al tomismo en general, Duns Escoto y los escotistas proponen tesis metafísicas originales sobre: la noción de ser, cuyo sentido no es forzosamente una abstracción de las cosas sensibles, y cuya características fundamentales son la de «ser común», o indeterminado a cualquier tipo de realidad, y unívoco, esto es, de un único concepto simple, no análogo; la noción de realidad, más apoyada en la esencia que en la existencia, y que da pie a la famosa distinción formal (que no es ni puramente mental ni existencial); la concepción básica de Dios como «ser infinito» y no meramente como causa de la creación; la capacidad del entendimiento humano de conocer «naturalmente» lo que es el ser y, dentro de esta misma noción, la del ser infinito; la posibilidad de demostrar a priori,y no meramente a posteriori, la existencia de un ser perfectísimo; el principio de individuación puesto en la esencia misma de las cosas (la ecceidad) y no en la materia sensible; la concepción de las «naturalezas comunes» (las esencias), tan platónicas y hasta tan husserlianas.
En general el escotismo supone una reinterpretación de Aristóteles a través de Avicena, y no de Averroes, teniendo en cuenta, de modo preferente, la tradición filosófica que arranca de Agustín de Hipona.
En consecuencia, es aquella manera de hacer filosofía escolástica que no se inspira en Tomás de Aquino, sino en el agustinismo y el avicenismo. Rasgo peculiar suyo es también que no especula a partir de la situación existente de hecho (la creación), sino de la simple posibilidad de la situación real; todo -orden moral incluido- podría haber sido de otra manera. Esta contingencia radical de las cosas y la idea de que Dios crea con esencial libertad -sin ningún tipo de necesidad, como sostenían otras filosofías inspiradas en el necesitarismo árabe- son el fundamento del voluntarismo escotista.
Entre sus primeros representantes destacan Francisco de Marchia (s. XIV), Francisco Mayronis ( 1325), Antonio Andreas ( 1320), Juan de Bàssols o de Bassoles ( 1347), Juan de Ripa (ca. 1355), Walter Burleigh ( después de 1343), Guillermo Rubió (s. XIV), etc. De la difusión del escotismo da idea la afirmación de Caramuel, profesor en Lovaina en el s. XVII: «La escuela escotista es más numerosa que todas las demás escuelas [filosóficas] tomadas en conjunto» (ver referencia). Luca Wadding contribuyó eficazmente al resurgimiento de los estudios escotistas, en el s. XVII, fundando en Roma el Colegio de San Isidoro, lugar donde se realiza la primera edición completa de las obras de Duns Scoto, conocida como «edición Wadding».
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