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(del latín complector, reunir, abarcar) Término introducido por Carl Gustav Jung, en 1902, con el cual se expresa, en psicología profunda, que un grupo de ideas o contenidos reprimidos, junto con los sentimientos o vivencias que suscitan, se organizan en el inconsciente en un todo, que se vuelve autónomo e independiente del yo, y al cual obligan a pensar, sentir y actuar de manera determinada. Los complejos forman, por tanto, parte de la personalidad del individuo, se manifiestan mediante síntomas y suponen una carga emotiva y un gasto de energía considerables.



Entre los más de cien a que se ha dado nombre, los más conocidos son «complejo de castración», «de Edipo», de «Electra» y de «inferioridad». Para Sigmund Freud los complejos son un proceso inconsciente relacionado con el desarrollo de la sexualidad.El complejo de castración surge, según Freud, en la fase edípica y está relacionado con el complejo de Edipo. En los niños es temor a ser castrado por el padre, como castigo por los deseos inconscientes incestuosos que el niño siente hacia su madre, y que producen, como resultado, la angustia de castración. En la niña se presenta como negación o compensación por la ausencia de pene, también productoras de angustia. A estas angustias infantiles Freud las hace matrices de todas las angustias posteriores.


Lacan se opone a la consideración del complejo de Edipo como un mero triángulo formado por el niño, el padre y la madre, e insiste en el papel del pene como elemento determinante, alrededor del cual gira todo objeto de deseo. Pero subraya también el aspecto simbólico de este elemento, e insiste en los aspectos de la «función» paterna y materna más que en los padres biológicos. De esta manera salva los escollos surgidos de las investigaciones de los antropólogos que negaban la universalidad del complejo de Edipo.

A la variante femenina del complejo de Edipo (que se expresa como deseo de un hijo, deseo de un pene) la denominó Jung complejo de Electra, nombre con el que se refiereal apego de la niña por el padre, en recuerdo de la mitológica Electra, hija de Agamenón. Jung rechaza la concepción freudiana de la sexualidad en general y tampoco la admite aplicada a los complejos, y tanto en el complejo de Electra como en el de Edipo ve sólo amor sin sexualidad, deseo de protección y contacto.

A. Adler, el más antiguo discípulo de Freud, y creador por otra parte de la psicología del individuo minimiza la importancia de la sexualidad y del inconsciente en el desarrollo de la personalidad; su lugar lo ocupa la voluntad de dominio que se desarrolla, como compensación de un complejo básico de inferioridad surgido del sentimiento de inferioridad común a todos aquellos que padecen una condición real patológica de inferioridad orgánica, o una vivencia desmedida de la inferioridad imaginada, junto con dificultades de adaptación al ambiente y fracasos personales. La voluntad de dominio o poder es como la otra cara del complejo de inferioridad. Adler sostiene que los sentimientos de inferioridad son universales y hasta naturales en el hombre.