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Nacimiento:1 enero 1694en ParísMuerte:1 enero 1778en París

Es uno de los pensadores más significativos de la Ilustración francesa del s. XVIII y reconocido Enciclopedista. Sus escritos son de género y estilo muy diverso (tratados, novelas, teatro, epistolario...) y abogan por la tolerancia, el librepensamiento y el humanismo. En cuestiones teológicas fue partidario del deísmo. Se enfrentó abierta y reiteradamente contra los dogmas y poderes de la Iglesia. La catástrofe del Terremoto de Lisboa (1755) lo afectó profundamente, y a raíz de ella escribió una de sus obras más importantes, 'el Cándido', donde discute y ridiculiza el optimismo de Leibniz que sostiene que vivimos en el mejor de los mundos posibles.

Miquel Seguró (Encyclopaedia Herder)

( François-Marie Arouet )

«Voltaire», seudónimo de François-Marie Arouet, poeta, dramaturgo y filósofo francés, nacido en París, símbolo de la Ilustración. A los diez años ingresa en el colegio de los jesuitas de Louis-le-Grand, donde recibe una educación preferentemente literaria y en 1711, por deseo expreso de su padre, notario, inicia los estudios de derecho, que no va a terminar nunca. A los deseos e intentos por parte de su padre de ponerlo en contacto con el mundo del derecho, y a frecuentes castigos y destierros, contrapone Voltaire su decidida intención de llegar a ser un hombre de letras. Acusado de haber escrito un poema difamatorio contra el Regente, Felipe de Orleans, sufre el primero de sus destierros y ha de abandonar París. De regreso a París y tras exculparse, se le atribuyen nuevos escritos difamatorios y es enviado a La Bastilla en 1717. Durante los 11 meses que permanece allí, toma el nombre de «Voltaire», anagrama de «Arouet Le Jeune». En 1718 se representa en la Comédie Française su tragedia en verso, Edipo, que logra un gran éxito. Asuntos de honor con un noble le llevan de nuevo a La Bastilla en 1726; de allí sale exiliado hacia Inglaterra, donde permanece tres años. El contacto con la cultura inglesa supone para Voltaire el descubrimiento de la ciencia newtoniana, de la filosofía empirista y de las instituciones políticas inglesas. Trató a Samuel Clarke, Pope y Swift y a muchas otras y diversas personalidades de la época. Entre otras cosas, aprende de los ingleses el valor de la independencia económica. A este respecto, hay que decir que sus éxitos literarios, unidos a las pensiones reales de que gozaba y a sus inversiones y especulaciones constantes durante toda su vida, además de la parte de fortuna que heredó de su padre, muerto en 1722, hicieron de Voltaire un hombre rico e independiente; se calcula que la herencia que dejó al morir alcanzaba el valor de mil millones de francos actuales. Sus éxitos literarios se sucedieron unos a otros: La Henriada (1727), poema, Bruto, Zaira, tragedias, Historia de Carlos XII, ensayo histórico y una de sus obras más perdurables, Cartas filosóficas, publicadas en 1734. La aparición de esta obra supuso un escándalo público; las Cartas fueron quemadas públicamente y su autor, amenazado de arresto, tuvo que huir.

En esta obra Voltaire contrapone el modelo político inglés al francés, y la filosofía de Newton a la de Descartes; expone el empirismo inglés y dedica un comentario a los Pensamientos de Pascal para poner un ejemplo de lo que no ha de ser un hombre ilustrado.

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El refugio a que se acoge Voltaire es el castillo de la marquesa de Chatêlet, en Cirey, a quien se une sentimentalmente durante los dieciséis años siguientes. Durante esta época relativamente tranquila y fructífera -construyen en el castillo un laboratorio de física y química, comparten estudios de matemáticas e historia, se reúnen con científicos y personas de relieve- publica, aparte de diversas tragedias, Elementos de la filosofía de Newton (1737), Metafísica de Newton (1740), y es nombrado miembro de la Academia Francesa en 1746. Tras la muerte de Mme. de Chatêlet, Voltaire, invitado por Federico de Prusia, parte para Berlín, donde es nombrado chambelán de la corte y goza de aposentos en los palacios reales. De esta época es la importante obra El siglo de Luis XIV (1751). Deja Prusia, tras una riña con su antiguo amigo y entonces competidor en la fama, Pierre-Louis Moreau de Maupertuis, nombrado por Federico de Prusia presidente de la Real Academia Prusiana de Ciencias y Letras, y se traslada a Francfort y luego a las inmediaciones de Ginebra (1754-1755). Aprovecha el desasosiego causado por el terremoto de Lisboa de 1755 para publicar Poema sobre el desastre de Lisboa, inicia sus colaboraciones con la Enciclopedia, y publica los siete volúmenes de Ensayos sobre la historia general y sobre las costumbres y el espíritu de las naciones (1756) e Historia del imperio de Rusia bajo Pedro el Grande (1759), obras en que prosigue el espíritu histórico que había iniciado con El siglo de Luis XIV, y en las que centra la historia no en los hombres sino en las manifestaciones del espíritu humano: el arte, las costumbres, las instituciones sociales, las religiones.

En 1758 compra una finca en Ferney, en la Lorena, y se instala allí definitivamente. En 1759 aparece Cándido, o el optimismo, poema en que prosigue la línea de crítica al optimismo leibniciano y de creencia en la providencia divina. Poco después, aprovechando el éxito logrado con sus esfuerzos por reivindicar la memoria de Calas, hugonote quemado bajo la acusación de ahorcar a uno de sus hijos convertido al catolicismo, publica Tratado de la tolerancia. Durante esta época discute repetidas veces con Rousseau, el cual le culpaba de la mala disposición que las autoridades religiosas de Ginebra le mostraban.

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En estos años comienza su lucha constante contra la Iglesia católica, en la que personifica su odio a la religión, mientras se confiesa creyente en un Ser supremo y nunca ateo, antes bien decididamente opuesto al ateísmo profesado por Diderot y el barón d´Holbach, y a partir de 1759 firma sus cartas con el grito «Écrasez l´infâme». «La infame» es, en realidad, la superstición religiosa y el abuso del poder. Aparecen sucesivamente diversas obras de contenido filosófico: El diccionario filosófico de bolsillo (1764), Filosofía de la historia (1765), El filósofo ignorante y Comentario al libro sobre delitos y penas de Beccaria (ambos en 1766).

A pesar de todos sus éxitos filosóficos y literarios, a Voltaire le estaba prohibido todavía acercarse a París. Tras subir al trono Luis XVI, aprovechó la representación en la Comédie Française de su tragedia, Irene, para acudir a la capital. El éxito personal de Voltaire en París fue clamoroso. Una enfermedad sobrevenida pocos días después le decide a ponerse en paz con la Iglesia y declara que quiere morir en la fe católica en que había nacido. Momentáneamente restablecido, acude a la primera representación de Irene. En el trayecto, la Academia Francesa en pleno, reunida entonces en el Louvre, le rinde tributo de admiración y respeto y d´Alembert hace su elogio público. Luego, en el teatro, acabada la representación, el actor principal le ciñe las sienes con una corona de laurel.

Murió el 30 de mayo siguiente; sus últimas palabras fueron: «Laissez-moi en paix». Fue sepultado en el monasterio benedictino de Scellières, cerca de Troyes. Un cirujano extrajo su cerebro y su corazón. Posteriormente fue trasladado en triunfo al Panteón de Hombres Ilustres, en París. Del cerebro de Voltaire se perdió el rastro; el corazón se conserva en la Galería Nacional de París.

Su biblioteca personal fue vendida por su sobrina, Mme. Denis, a Catalina la Grande de Rusia.

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No hay en Voltaire un sistema coherente de filosofía; a la historia le han importado más su actitud de auténtico enciclopedista y hombre de la Ilustración francesa -aquella que en los libros se ha mantenido durante mucho tiempo como típicamente «volteriana»- que la exposición sistemática de su filosofía, ausente incluso en libros con título inequívocamente filosófico, como Cartas filosóficas, o Diccionario filosófico.

Destaca en Voltaire la defensa del deísmo, que importa de su estancia en Inglaterra, y su ataque al ateísmo; la existencia de Dios es un simple hecho de razón, y no de fe: en este caso sería una superstición. Frente a la superstición y el fanatismo, que no traen sino desventuras, Voltaire pone la esperanza en el espíritu de la ilustración científica, que libera de prejuicios y supersticiones, y señala la necesidad de la tolerancia (ver texto 1  , texto 2  y texto 3 ).

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Es famosa su crítica al optimismo de Leibniz. A ello dedica el Poema sobre el desastre de Lisboa y el mejor de sus cuentos, Cándido, considerado obra literaria de valor mundial. Ataca el punto de vista racionalista de Leibniz, que considera este mundo como el «mejor de los mundos posibles», a la vez que ataca las concepciones falsamente espiritualistas y falsamente materialistas, y muestra la influencia del empirismo de Locke (ver texto ). Sus personajes principales, Cándido y su maestro Pangloss -«maestro en metafísica-teólogo-cosmoloidiotología»- (personificación de Leibniz) y Martín (personificación del pesimismo), intentan justificar con razones de toda índole la existencia injustificable de mil muestras de desventura humana. El escarnio de Voltaire sobre la finalidad, la armonía preestablecida y la providencia es constante. El final escéptico y resignado del libro es digno de ser recordado: «Trabajar sin razonar es la única manera de hacer la vida soportable». Y los tres componentes del grupo deciden cultivar la huerta.

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Bibliografía

Del autor

  • Voltaire, Cartas filosóficas. Editora Nacional, Madrid, 1976.
  • Voltaire, Cándido. Alianza, Madrid, 1974.
  • Voltaire, Diccionario filosófico. Akal, Madrid, 1976.
  • Voltaire, Obras. Vergara, Barcelona, 1968.
  • Voltaire, Opúsculos satíricos y filosóficos. Alfaguara, Madrid, 1978.

Relaciones geográficas

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